Proyecto de vida, como su mismo nombre lo dice, trazar qué haremos con nuestro paso por la tierra. ¿De verdad es importante? para la gran mayoría sí, pero no debe ser lo más importante, al menos para mí. Una meta te mantiene concentrado en lograrla, y te impide que puedas ver o dedicarte a otras cosas (personas tóxicas y/o distracciones) que pasen fuera de esa línea que has marcado, si te sales, será una total desgracia, pero, y si por cualquier otro motivo tampoco pudieses llegar al punto final de la línea, o sea a la meta, ¿qué sería peor? ¿que no lo hayas logrado porque quisiste cambiar de plan o porque otros factores que no puedes manejar te lo cambiaron? es evidente que decir que es una consecuencia de nuestras propias decisiones genera más consuelo que decir que es una de esas tantas injusticias que le ocurren a la gente porque sí.
Aunque todo en la vida se ve afectado por factores externos, hay algunos que causan efectos más grandes que otros, por eso, para mí, lo importante sería ponerse metas, más que realistas, pesimistas. ¿Por qué pesimistas? Sí bien la vida está llena de sorpresas y todas son inevitables, hay varios tipos de sorpresas, las que te alegran, las que te entristecen, las que te entusiasman, las que te decepcionan, las que te motivan y las que te trauman; y podemos, maso menos, predecir de qué tipo nos traerá nuestro proyecto de vida. Por ejemplo, si me propongo algo que tiene aunque sea un pequeño aspecto que está fuera de mi alcance, que no puedo definir a ciencia cierta si voy a poder tenerlo o no, ahora o después, por más que me esfuerce, que simplemente no dependa de mí en un todo por ciento, el no lograrlo me traerá de esas sorpresas amargas. Pero, si desde el principio soy pesimista y digo que esa meta no puede estar en mi radar y me propongo otras que sean totalmente accesibles para mí, puedo tener mejores sorpresas, pues siendo honestos, mientras que alguien logra un sueño parecido a los que mencioné de primeras, alguien más podría estar logrando cuatro de los últimos, de esos pesimistas.
La forma en la que reaccionas a las sorpresas que te da la vida, moldean a la misma, y no voy a decir que alguien que recibe malas sorpresas reaccione mal, pero ¿qué otros sentimientos pretendemos que adquieran, aunque sea de forma indirecta? esas personas creerán que no podrán lograr nunca nada más en su vida, y está bien que la vida esté llena de fracasos de los que hay que aprender, pero, un proyecto de vida, puede dar a entender que la vida como tal ya es un fracaso, pues eso es todo lo que se supone uno quiere hacer con la vida ¿no? Para finalizar, una persona pesimista que alcanzó metas, puede sorprenderse de que puede ir más allá, ya que no espera casi nada; y terminar convenciéndose a sí mismo de que sí puede lograr algo, eso sí, sin perder su pesimismo, de lo contrario podría convertirse en ese tipo de persona ilusa que cree que tener un proyecto de vida es tener felicidad.