Innovation Revolution
Mayerli Gil
Daniel Cano
Laura García
Kelly González
Ana María Hurtado
Acerca de la opinión de Arturo Blandón y Sofía Zapata:
Desde temprana edad la sociedad se ha encargado de inculcarnos principios morales de los cuales, no somos conscientes hasta abordar un punto más crítico, en donde se presentan situaciones en torno a todas las enseñanzas y experiencias que se encuentran en periodo de prueba. Con este párrafo iniciamos nuestro ensayo acerca de los razonamientos planteados y debido a ello, nos encontramos en congruencia con sus opinión donde mencionan la necesidad de tomar decisiones y es plenamente acertado observarlo y analizarlo desde este punto, es decir, es necesario ponerse en el lugar de otros y diferenciar los puntos de vista con los de otras personas, donde se actúa pensando realmente en las intenciones y en las consecuencias de los actos, no centrándose en valores específicos sino, en razonamientos morales, es decir, en las razones que tienen las personas para elegir una u otra acción.
Partiendo de allí aportamos; las decisiones morales no se toman en el vacío, por el contrario se adoptan en situaciones de crisis y es un ejemplo clave (donde no se tuvieron en cuenta los principios morales o valores partiendo de sí) el caso trabajado en clase “La Reina Vs. Dudley & Sthepens”, donde evidenciamos que la decisión se tomó en el vacío y no se adoptaron posturas clave, aportando mayor importancia al fin y excluyendo las consecuencias que no sólo diferían la muerte sino, el confrontamiento legal a las leyes que propuestas en el mismo medio y contraproduciendo así sus principios.
Acerca de la opinión de Miguel Villa y Sofía Mesa:
La tendencia frecuente a discutir la moral, como si fuese una institución por sí misma y como si pudiese ser afirmada sin referencia a los principios generales de la conducta entre otras cosas, nos parece lamentable.
Comprendemos los argumentos de los que parten para contrarrestar el punto, igualmente nos encontramos en congruencia con algunas de las ideas que plantean y si bien los hombres acertaron en el debate para tomar la decisión que definiría ciertos aspectos y consecuencias en las cuales luego se denotaría un vacío, se puede deducir que finalmente tuvieron en cuenta uno de los razonamientos pero, no ejecutaron correctamente los principios designados y planteados socialmente, quizá (y como lo mencionan en su punto crítico), la situación de hambre desvió un fin real y asertivo pero, si razonamos partiendo de la moralidad basada en principios, podremos tener en cuenta los derechos del individuo y las leyes aceptadas o propuestas democráticamente obedeciéndolas por el bien de la comunidad y planteando una libertad que se desarrolla a partir de los límites pero, no hace daño y obedeciendo los principios éticos universales planteados por nosotros mismos, es decir, sin contraproducir lo que establecemos avalando el medio por un fin y teniendo en cuenta la moral en conjunto difiriendo así en cuanto a la cultura.
Las preguntas que plantea al final son sumamente importantes y el ejercicio de autoaplicación es interesante.
Acerca de la opinión de Alejandro Muñoz y Brayan Gaviria:
En la situación plantea que aún somos animales y claro que así es, ese es nuestro “filum” o “filo” siendo el origen pero, en cierto grado sí somos civilizados y quizá la situación allí se tornó distinta debido a que no se establecieron principios claros en ellos mismos y como lo mencionamos anteriormente, la situación de hambre pudo desviar el fin real.
La razón que justifica tratar al consecuencialismo es la frecuencia con la que es usado para justificar acciones indebidas o dudosas, es decir, sin importar el medio se significan los fines de la mejor manera y entendemos que, si es necesario aportar un valor a todas las experiencias que nos permiten ser parte de la sociedad o nos caracterizan como individuos de la misma, no poseemos la razón adecuada o los argumentos moralmente cruciales para definir un hecho como un “bien” para aquellos que los realizan sin importar las consecuencias para los demás implicados, es decir, ¿qué importancia tiene entonces razonar de forma correcta si la moral se encuentra erróneamente ejecutada? ¿Si nuestros hechos se definen por contraproducir la libertad del otro, los derechos de quienes nos rodean? ¿Podríamos entonces decir que, sin importar las consecuencias que comprendan los actos del otro para los demás debe afectarle en forma positiva y aceptar que el hecho es la razón de la importancia? Proponemos que no hay manera de valorar la moralidad de esta manera. Tanto el acto como la consecuencia debe comprender un fin adecuado para respetar las reglas morales adaptadas para el buen vivir en la sociedad.
Entendemos lo que plantean y lo confrontamos de esta forma designándole razón y partiendo de los puntos.
Para finalizar planteamos el siguiente ejemplo:
“En Europa una mujer estaba a punto de morir de un tipo de cáncer muy especial. Había una medicina que según los médicos podía salvarla. Era un tipo de medicina que el farmacéutico de la misma ciudad había descubierto recientemente. La medicina era cara de producir pero el farmacéutico cobraba diez veces más de lo que a él le había costado elaborarla. El pagó 2.000 ptas, pero cobraba 20.000 por una pequeña dosis. El marido de la enferma, Enrique, acudió a todo el mundo que conocía para pedir el dinero prestado, e intentó todos los medios legales, pero sólo pudo conseguir 10.000 ptas, la mitad de lo que le costaba. Enrique le dijo al farmacéutico que su mujer se estaba muriendo y le pidió que le vendiera el medicamento más barato o que se lo dejara pagar más adelante. Pero el farmacéutico dijo: “No, yo he descubierto la medicina y tengo que ganar dinero con ella”. Entonces, Enrique entró desesperado en la farmacia y robó la medicina para su mujer”.
Y establecemos las siguientes preguntas:
1. ¿Debía Enrique robar la medicina?
2. ¿Está bien o mal que él robe la medicina?
3. ¿Tiene Enrique el deber o la obligación de robar la medicina?
4. Si no fuese su esposa la que está muriendo sino, un extraño, ¿debería Enrique robar la medicina por un extraño?
5. Si no es su esposa sino un animal, ¿debería Enrique robar para salvar la vida del animal?
6. ¿Es importante hacer todo lo posible para salvar otra vida?
Los principios son los mismos, el punto especial de contacto y aplicación es el que varía con las diferentes condiciones. Entendemos que estas teorías éticas requieren ser consideradas desde puntos de vista diferentes social y psicológicamente, es decir, no se trata de una división sino, de un proceso de distinción necesario. Por más nobles que sean nuestros principios éticos, en la conducta no siempre se reflejan nuestros pensamientos o convicciones cuando llega el momento de cumplirlos.