Integrantes:
Stefany Arenas Cruz.
Juliana Hincapié Mora.
Verónica Mora Rivera.
Valentina Ramirez Zuluaga.
Juan Esteban Toro Restrepo.
¿Cómo intervienen las bandas delincuenciales de los barrios a los jóvenes es su desarrollo personal y su proyecto de vida?
Problema
En la ciudad de Medellín, se ha podido observar la participación de jóvenes en las bandas delincuenciales de los barrios, afectando su desarrollo personal, educativo y obstruyendo en la formación de su proyecto de vida.
Estos diariamente están expuestos a un entorno no adecuado, pues se desenvuelven en un ambiente donde lo que se ve, es el tráfico de drogas, armamento ilegal y realización de actos criminales, involucrándolos hacer este tipo de cosas y consigo trayendo millones de consecuencias que a largo plazo afectarán sus planes a futuro, cerrándose a la idea de tener mejores proyecciones para su vida y afectando tanto su desarrollo personal como sus proyecto de vida.
Objetivo General
Encontrar una alternativa para ayudar a los jóvenes que se encuentran vulnerables por estas bandas delincuenciales en la ciudad de Medellín.
Objetivos Específicos
· Identificar cuáles son los barrios que se ven más influenciados por estas bandas delincuenciales de la ciudad.
· Identificar cual es el rango de edad en los cuales los jóvenes se presentan dentro de las bandas delincuenciales.
· Analizar como ese tipo de vida afecta la ideología personal de los jóvenes en el desarrollo de su proyecto de vida.
Antecedente
El mundo de los niños sicarios
El caso de una abogada en Medellín que estaba a un mes de dar a luz y que fue asesinada por dos muchachos uno de ellos menor de edad y el otro apenas estrenada ciudadanía puso los ojos del país sobre el problema recurrente de los adolescentes delincuentes y la que tal vez es su cara más oscura: la de los niños asesinos.
El viernes, el presidente Álvaro Uribe ordenó capturar a los jefes de las bandas que los utilizan. En poco más de dos años, 542 homicidios fueron cometidos por menores de 18 años en el país. Y un número creciente de ellos corresponde a casos de sicariato.
En cada capital hay una especie de top de los más temidos. Bogotá, un muchacho del sector de Bosa que apenas ajusta 16 años está en un centro de reclusión por la muerte de su novia, también adolescente, a la que asesinó porque iba a dejarlo. En su expediente figuran cuatro asesinatos, entre ellos el de un hombre que fue baleado en cercanías del Jardín Botánico y que, en las estadísticas oficiales, corresponde a uno de los casos de sicariato que sacuden la ciudad.
Según les confesó a los investigadores, ella se alejó cuando el pasó de los robos a las muertes por encargo. Como la muchacha no quiso calentarse con esas vueltas, decidió matarla en un potrero.
Otro caso reciente fue el de un hombre que murió baleado en su BMW en el norte de Bogotá. El asesino le disparó con una pistola y un revólver. Ya hay pistas de él: le dicen el Hippie y tiene apenas 16.
En Medellín, muchos de los pelaos que hoy se dedican a esas vueltas son hermanos menores, hijos y sobrinos de antiguos gatilleros de Pablo Escobar.
En este momento, dicen en algunas zonas del oriente de la capital paisa, se está abriendo paso la tercera generación y sus alias ya se pronuncian con respeto en los combos, bandas de barrio que a su vez trabajan para la organización madre del delito en esa zona: la temida Oficina de Envigado.
¿Cómo funciona ese mundo? Hace unos meses, un joven de 18 años que fue duro entre los sicarios de la Comuna 8 en Pereira habló con un reportero de EL TIEMPO sobre su trabajo.
Por su primer asesinato, que resolvió un lío familiar, le dieron 200 mil pesos hace cinco años: Tenía 13 la primera vez que me eché a uno. Un man del barrio que estaba mal con el marido de la hija me contrató. Me le acerqué por detrás y le puse el fuete (arma) cerca de una oreja.
Por trabajos en otras zonas del país pueden recibir hasta tres millones.
Sin embargo, los menores son el último eslabón en la cadena. La Policía y la Fiscalía calculan que las oficinas de cobro que los utilizan pueden llegar a cobrar hasta 50 millones de pesos por ese mismo asesinato.
Para tener trabajo hay que caminarle rectico al dueño de la oficina y demostrar que uno es bueno para voliar plomo, dijo. En su sector, pobre como todos los que surten esa mano de obra, el más viejo de ellos tiene 22.
Pero no es un oficio de dedicación exclusiva: cuando no hay vueltas de ajustes de cuentas las pandillas se dedican a robar apartamentos o al fleteo. De allí la sangre fría con la que asesinan a quienes intentan resistirse.
http://m.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3474899 (Redacción Justicia, 2009)