Fecha: Medellín, 23 de Abril del 2019.
Tema: Análisis de la pregunta del segundo periodo.
Nombre del docente: Marco Antonio Restrepo.
Desarrollo: El comienzo de la clase se dio por la apertura a la nueva pregunta que se desarrollará en todo el proceso de este segundo periodo del área, esta es: “¿Cómo entender las dimensiones social, política y estética de la modernidad a la luz de los planteamientos de la filosofía? Y también se hizo lectura acerca de los indicadores de logro.
Los estudiantes junto con el docente se dispusieron en primer lugar a considerar este interrogante desglosandolo de a poco y extrayendo sus palabras claves (social, política, estética, modernidad e interpretación). El profesor le solicitó al estudiante Juan José Estrada que elaborara un mapa mental con esas palabras sustraídas y lo ilustrara en el tablero. Su planteamiento consistió en una estructura orgánica radial que partió de un núcleo, en este caso el termino social y de ahí hubo una división entre lo político y por consiguiente la modernidad, y la estética y su interpretación. La estudiante Isabella propuso también otro modelo de estructura en el que el tema central sería la modernidad y de ahí su interpretación para llegar a los tres términos de política, estética y social. Mientras que esto estaba en proceso, los estudiantes hablaron de una palabra en particular que plantea como tal la pregunta del periodo y es la estética. Se mencionó sobre la percepción de la belleza, ya sea por su esencia o por algo netamente superficial y que se expresa por medio de juicios que son valores de carácter subjetivo. De ahí también salió el tema del contexto cultural como base propia e imprescindible para la construcción de los conceptos básicos de estética.
El docente aprovecha para generar una pregunta al grupo sobre ¿qué es algo bello o algo feo? De esta pregunta toma parte Stefany manifestando que algo precioso también se expresa en las acciones y en las cosas que construimos. Un ejemplo es la solidaridad. Se escuchó también a Juan Esteban Toro al decir que no todas las personas logran percibir la beldad de algo debido a esa perspectiva tan variada que tienen hacia el mundo. Un aporte muy curioso fue el de María José cuando comentó a la clase que las cosas malas también, aunque no sean bien vistas, son estéticamente bellas. Un ejemplo de esto es la película de Hanibal que el asesino acaba con la vida de la gente con mucha pasión para cocinar con dedicación y preparar estos platos de una forma organizada que realmente se ve genial y espléndido. Es bello si se mira desde esa consideración que esas personas que lo hacen tienen, es importante recordar que definir este concepto depende mucho de la subjetividad. El profesor culmina este aporte mencionando una frase “la estética es una fuerza más grande que lo moral”.
Después se planteó otra pregunta acerca de la pintura de la Mona Lisa, al ser vista por la cultural occidental como una figura que se muestra encantadora ¿se puede cambiar de parecer a esas personas de que tal imagen no es del todo así? Ximena participa diciendo que no es posible debido a que la opinión depende de la emoción el instante, que hace que ese concepto varie.
Posteriormente Marco nos habló de dos libros, “Historia de la fealdad” y la “historia de la belleza”, para descargarlo en cada dispositivos y disponernos después a una parte de su lectura. Cabe mencionar que se cuadró sobre cómo se llevará este periodo; se concluyó el acercamiento a los textos, la propuesta del compañero Erik y el abordamiento de esas dimensiones de la filosofía.
Retomando el tema de la estructura del mapa mental, Maria Jose propone en el modelo de Isabella poner la interpretación en la parte principal, por lo que la clase está de acuerdo.
Se habló sobre el concepto de modernidad y lo que diferencia al hombre en esa época a comparación de otras. Aquí se menciona sobre los cambios políticos y económicos, las revoluciones que hubieron, entre ellas la revolución científica y sus descubrimientos que aportaron al conocimiento actual. La imagen del hombre tuvo un cambió, de ahí yace el humanismo y el conocimiento de la diversidad.
Por último se puso como tarea la lectura de cualquiera de los dos libros, buscar la noción de la estética en el capítulo que elijamos y elaborar una pregunta de esa noción con la modernidad.
Consulta:
Esta ocasión quise darme la oportunidad de consultar acerca de los cánones de belleza que han persistido en cada época a lo largo de los años. Como cánones de belleza hago referencia a ese conjunto de características que una sociedad ha de considerar atractivo, ya sea un objeto o una persona. A través de la historia y en las diferentes culturas este concepto ha tenido variaciones, y es primordial el conocerlas. En la revista cultura bizarra nos hablan de estos cánones, comenzando por el mundo antiguo. En grecia los cánones de belleza se basaban en la simetría perfecta y la armonía de esta proporción clásica que se perseguía mediante el deporte y la buena alimentación. Un dato muy interesante es sobre el miembro de cada hombre griego. Un pene pequeño y no erecto era algo codiciado para los hombres de la antigua Grecia porque se asociaba a la moderación y al control de los impulsos que para los griegos eran unas de las principales virtudes de la masculinidad. Eso explica por qué en el Museo de Louvre esta Ares con un cuerpo musculado y su aparato reproductor diminuto. “Hay un contraste entre los genitales masculinos sin erección de los hombres ideales y el pene grueso y en erección de los sátiros y otros tipos de hombres no ideales. Las estatuas de los hombres muy ancianos y decrépitos eran representados a menudo con penes grandes” dice un experto en antigüedad clásica Andrew Lear, profesor en Harvard, Columbia y New York a la página web Quartz sobre la explicación del miembro pequeño en las estatuas griegas.
Pasamos después al canon de belleza en Egipto, que fue el maquillaje. Su uso no era en totalidad por estética, sino para proteger la piel del sol y ahuyentar a los insectos. Utilizaban el polvo de ojos, que le daba un buen tamaño a estos y también el uso de los detalles como la ropa y particularmente las joyas.
Como canón de belleza en la Edad Media se sabe que la llegada del cristianismo cambió la nueva mirada que se tenía porque esta beldad pasó a ser por y para Dios a su imagen y semejanza. Se le da un poco más de importancia a lo que se conoce como “la belleza interna” que radica de la espiritualidad del individuo ya que es un aspecto que no se va a deteriorar con el tiempo. Aún así se implantó un ideal que buscaba la ausencia del maquillaje y de los artificios que portaban las egipcias.
“La mujer ideal tenía la piel blanca, largas melenas rubias recogidas en moños, ojos pequeños pero vivaces y complexión ósea claramente nórdica”.
El canón de belleza de la antigua China del siglo X puede considerarse actualmente un método infausto. La práctica de los pies flor de loto, consistente en, que a las niñas, desde los cuatros años de edad, y previamente a haberles untado los pies con leche de animales, sangre y otras hierbas para tratar de prevenir infecciones, se les rompían 4 de los dedos del pie, se envolvían en seda y se presionaban contra un tablón hasta los 14 años. Además del terrible dolor para aquellas niñas, jamás podrían volver a caminar con normalidad. Se dice que la finalidad era que la mujer no pudiese andar para que no se fuese con el vecino.
En japón por ejemplo se creía que los dientes que eran pintados de negro eran más atractivos.
El canón de belleza del renacimiento, conocida como una época floreciente, de descubrimientos y renovaciones, se estilaba la tez blanca, pero las formas son más redondeadas, los manos y los pies pequeños, las caderas también redondeadas y, los labios y las mejillas se visten con un poco de carmín, era tanto el afán por demostrar la perfección del cuerpo humano que se muestra desnudez en las obras. (Algo inaceptable en la edad media).
Los cánones de belleza en el barroco fue un poco igual al renacentista, sólo que juega un rol el uso de las pelucas, el exceso de perfume, el maquillaje y la tortura de los corsés. En cuanto al aspecto físico gustaban las mujeres de piel blanca, cinturas estrechas, manos pequeñas y una frente muy redonda. Para lograr esto último, se afeitaban las entradas del cabello de la cara y se arrancaban cejas y pestañas. Ni siquiera lo belleza aquí lo era todo puesto que tuvo importancia la amabilidad y el encanto personal.
Casi que por último esta el canon de la belleza Victoriana. Una época con preocupaciones altamente personales en las que la locura, los inventos, no tenían límite por la imaginación que se tenía tan desbordante por alcanzar la preferencia física. Aquí se destacan las primera máquinas de ejercicio viendo la salud como un pilar. Fue un cambio abrupto a un tipo de belleza que desafiaba todo. El estar sano y guapo, trajo el incremento de productos de cremas, tratamientos médicos. La figura de mujer necesitada, frágil y desprotegida impulsaba a las mujeres que bebieran vinagre para tomar este aspecto, y lo más angustiante es la afección que todas estas cosas trajo para la vida de más de una. Mi favorita es la mujer que se conoció como “las ayunadoras” que actualmente las conoceriamos como las mujeres anoréxicas, estas no comían ni bebían nada. La sociedad las consideraba divinas por esa falta de comer. Se envolvían en halo vino y comían a escondidas. Una de estas divinas fue Molly Fanhcer, que dijo haber estado catorce años sin comer, pues después de sufrir dos accidentes perdió la capacidad de ver, tocar y saborear pero, como contrapartida, adquiriendo poderes divinos.
Aporte personal:
Belleza. ¿Hasta que punto podemos llegar para alcanzarla? Como aquella lámina mágica del cuento a la que le preguntamos: Espejito espejito ¿qué es lo más bello en este tiempo? Y ni siquiera hace falta una respuesta para ser conocedores de los modelos que actualmente persisten o que construimos a diario en la sociedad. En esta época contemporánea la libertad de poder modificarnos, transformarnos para alcanzar un ideal que supone la satisfacción propia, es muy habitual. Si no nos sentimos conformes con algo de nosotros, podemos someterlo a un cambio, sin embargo esta vicisitud por difícil que parezca aceptarlo, va sujeta a un ejemplar común, y no está mal, puesto que cumple con hacer sentir bien al individuo, pero no pretende que se busque el amor propio que no se es dañino. La belleza debería radicar desde la naturalidad del ser, aunque basta con intentar buscar su estabilidad por medio de la buena salud. Esta claro que el contexto histórico y por lo tanto cultural difieren mucho en la determinación de este concepto. Siempre buscando de acuerdo a significados, tradiciones, mostrarse en el conjunto. A costa de esto encontramos trastornos, enfermedades, muertes...A costa de esa diversidad suplicamos no ser objetos de burla, subir a una potestad de poder etiquetar a la personas, realizar juicios sobre ella hasta llegar al punto de menospreciar ¿Y qué sentido tendrá buscar algo ajeno si no nos hemos permitido encontrarnos?
Fuentes:
https://www.culturabizarra.com/canones-belleza-historia/
https://webs.ucm.es/info/especulo/numero34/canonbe.html
https://www.dsigno.es/blog/diseno-de-moda/edad-media-canones-de-belleza
https://www.cosasdebelleza.com/canones-de-belleza-griega/
La belleza es sin duda un concepto demasiado intrigante y complejo, aún más si partimos tomándola como algo subjetivo que depende de los gustos particulares de un individuo, o como en este caso, de una sociedad. Para hablar de este tema considero importante aclarar la distinción entre belleza y estética, pues la belleza es como ya se ha mencionado anteriormente una cualidad abstracta y subjetiva, que está relacionada con el placer; mientras que la estética es en sí el estudio de la belleza y su percepción.
Me parece muy interesante el recorrido histórico que haces de la evolución de los distintos cánones de belleza a través del tiempo y las culturas que han existido, si bien se quedan muchas culturas por fuera y sería imposible incluirlos a todas, nos sirve para hacernos una idea de la subjetividad y la evolución a la que están sujetos estos cánones e ideales debido a todos los factores que componen una sociedad. Desde mi punto de vista los conceptos de belleza y fealdad no son algo puedan ser modificados conscientemente, simplemente son fenómenos sociales que se dan en la cultura y que están sujetos a factores culturales e históricos que van cambiando y evolucionando a lo largo del tiempo junto con la sociedad.
Por último me parece importante resaltar la reflexión que haces en el último párrafo, pues podemos ver como en nuestro contexto actual debido a los avances tecnológicos las personas tienen el poder de modificarse de todo tipo de formas buscando encajar dentro de estos estándares, obteniendo así felicidad momentánea, pero llevando a un círculo de inconformidad.
Consulta
Para profundizar más el tema decidí buscar acerca de las percepciones que tenían algunos filósofos sobre la belleza.
Para Platón la belleza era objetiva y estaba asociada con la armonía entre lo que se observa y la simetría proporciones que provienen de otra realidad ajena a la nuestra y que somos incapaces de percibir completamente. Además creía que su característica fundamental era la de despertar el amor y conectarlo al conocimiento del bien. Siguiendo la línea de su maestro la belleza para Aristóteles la belleza estaría ligada al orden y las proporciones. Mientras que para Montesquieu la belleza es subjetiva y depende de los sentimientos y experiencias propias que percibe cada individuo. Kant definiría la belleza como lo que produce un placer inmediato y libre de consideración teórica o moral. “lo bello es lo que complace universalmente sin concepto; bello es objeto de un placer desinteresado”. Así la belleza perdería su connotación armónica y pasaría a relacionarse con otros factores como el placer o lo sublime. Para Scheler la belleza también es objetiva y se capta a través de la vía emocional, también afirmó que existen personas incapaces de percibirla.
Fuentes:
https://pulchritudosite.wordpress.com/2015/10/13/la-belleza/
http://lostresescritores.weebly.com/el-misterio-de-la-belleza/la-belleza-de-la-filosofa