Vivimos en una sociedad en la que lastimosamente dependemos de otros individuos para subsistir, por ende lo que pase con el resto de individuos se convierte en un factor de total importancia para nosotros. En esta sociedad donde vivimos tenemos una serie de normas o reglas que debemos cumplir para una sana convivencias, pero ese es el problema verdadero… Amañamos las reglas para que nos favorezcan, es decir, siempre estamos buscando el bien propio o lo que más nos beneficie individualmente, porque preferimos estar bien, pero solos que acompañados y en las ruinas.
Parte importante de los dilemas morales es la mentalidad con la que los afrontamos, es decir, siempre clasificamos a todas las cosas y a todas las personas, y en ese orden las ayudaríamos según el problema que tuvieran… ¿Pero es realmente justo esto aun sabiendo que todos somos iguales en el sentido de que todos somos seres humanos con un vivida bien vivida, ya sea bien vivida o no?
La mayoría de personas actuamos según nos parece lo mejor, pero lo que pasa es que ese concierto de “lo mejor” está clasificado o varía de acuerdo a la importancia y al valor que le tengamos a la persona que ayudaremos o juzgaremos… de ese modo nunca tendremos una sociedad justa ni transparente, porque solo actuaremos en pro de la conveniencia disfrazada de igualdad.
Cada persona tiene una proyección de lo que quiere lograr en su vida, sin importar que tan grande o pequeña sea esa proyección soñamos con hacerla realidad, pero esa proyección tiene unos caminos para cumplirse, y en ese camino se deben pagar unos precios que no necesariamente son económicos o de dinero, es decir, podemos encontrarnos en el camino ciertas situaciones donde tendremos que decidir, si seguir hacia esa proyección sin importar nada o seguir un camino hacia esa proyección de una forma más lenta pero ayudando a más personas a proyectarse del mismo modo. Es ahí donde nos damos cuenta qué tipo de personas somos… El decidir ayudar a los demás también nos ayuda a nosotros y también no interesa que otras personas a parte de nosotros se proyecten, porque somos una sociedad igual, todos valemos lo mismo ante los ojos de todos nosotros y aun así queremos ser superiores a otras personas de nuestra propia sociedad, personas que van a seguir siendo personas, al que tú y al igual que yo, pero entonces ¿qué es lo que nos pasa? Yo pienso que no corrompen ciertos factores que nos han venido inculcando y a medida que se inculcaron, se llevaron a cabo y como conclusión de eso quedamos nosotros, otra generación carente de visión en función de la similitud… y mientras no sigamos viendo al prójimo como nos vemos nosotros, no podremos llevar a cabo nuestros proyectos de vida a cabo dentro de una sociedad…
Las acciones son reflejos de las cosas que pensamos a la hora de tomar decisiones, es decir: siempre que tenemos que tomar una decisión ponemos en una balanza mental las cosas buenas y las cosas malas acerca de la decisión que tomaremos, y partiendo de allí tomamos la decisión. Partiendo del razonamiento moral consecuencial donde la decisión que se toma debe ser la mejor, aparentemente en esta sociedad, sociedad vacía y hueca llena de estereotipos carentes de razón, intuición y sobretodo de transparencia. En conclusión, lo que queremos dar a conocer con nuestro punto de vista es: que no se puede tomar una decisión que sea la mejor porque en la sociedad donde vivimos lo que se denomina “mejor”, solo es un concierto vacío y aparente, por tanto se convierte en un factor relativo.
Poniendo un ejemplo cotidiano y muy sencillo en el que hipotéticamente nos encontramos viajando en el vagón del metro y vemos un asiento disponible y nos sentamos, pero en la siguiente estación, se monta un niño con un pie enyesado y una señora de edad con bastón… ¿Qué es lo correcto hacer?, hay tres opciones disponibles en ese momento… 1. Me quedo sentado porque yo obtuve de forma limpia mi asiento y la sociedad no me prohíbe quedarme sentado. 2. Le cedo el asiento al niño que tiene un pie enyesado por el hecho de que es un niño y tiene una discapacidad. 3. Le cedo el asiento a la señora porque tiene más edad y porque también tiene cierta discapacidad.
En nuestra opinión, lo peor ante los ojos de la sociedad sería quedarnos sentados en el asiento por el hecho de que no tener una discapacidad, pero ¿realmente es lo peor o los tres casos son iguales?, nuestra sociedad dice que es casi una obligación cederle el puesto a uno de los discapacitados y estaría muy mal visto el no hacerlo… Pero ¿cuál de las tres decisiones sería la mejor ante nuestra sociedad?, o ¿cuál sería menos dañina?
Pensamos que la menos dañina sería la del niño, por el hecho de que tiene una vida más larga por delante aparentemente y este niño podría ser el creador de la cura del cáncer o algo por estilo, pero en todo caso nuca tendríamos la certeza de que la decisión que tomamos de verdad sea la correcta, por lo tanto no estamos de acuerdo totalmente en este tipo de razonamiento ya que nunca se sabrá con certeza que es lo correcto porque todos tenemos percepciones de lo “correcto” muy diferente, y el hecho de hacer que muchas personas piensen de la misma forma acerca de algo que depende de la forma de pensar desde lo individual es casi imposible, por lo tanto nunca se llegaría a una conclusión acertada de parte de toda una sociedad.
En el razonamiento moral categórico sabemos que la decisión que se decida tomar no será juzgada por ningún tipo de religión, ni pensamiento. Pero sabemos también que sería mucho compromiso poner una decisión en manos de una persona con un razonamiento de este tipo porque bien podría tener razones trascendentes para tomar una decisión así o por lo contrario podría no tener razones para tomar una decisión y esto no sería impedimento para que la tome y tampoco se clasificarían las decisiones en buenas o malas, solamente serían decisiones que habría que respetar sin importar su índole.
Estamos más de acuerdo con este tipo de razonamiento ya que creemos más en la intuición humana, esa razón natural de tomar las mejores decisiones guiadas por el destino, esa sensación de creer hacer las cosas bien guiados por lo que tenemos dentro, por como pensamos y sobre todo por la convicción de haber vivido con la sensación de saber cómo resolver problemas.
En este tipo de razonamiento nos basamos para poner un ¿por qué? De cada cosa, es decir, nosotros creemos en el destino y sabemos que con la toma de una decisión que abarque este tipo de razonamiento contribuiríamos a hacer lo que el destino tenga preparado, en cambio si nos basamos en el razonamiento moral consecuencial sentiremos que el destino cambiara y actuará de acuerdo a la decisión que tomemos, como su hubieran varios caminos y hay un destino preparado para camino y nosotros con la decisión que tomamos escogemos el camino, y después de cada camino hay otro y otro y otro y así sucesivamente hasta el fin de la vida que sería el fin de los caminos.
Partiendo de esta aclaración llegamos a la conclusión de que es más complicado pensar categóricamente porque recalcando el entorno y la sociedad superficial en la que vivimos en la que acostumbramos a clasificar todas las cosas y a darle valor a las cosas por sus apariencias, misma sociedad en donde es más importante lo que pueda ver el ojo humano que lo que pueda sentir el corazón, donde es más importante el avance tecnológico de cada día que el avance mental en función de lo moral, de los principios y de la forma de pensar. Estamos educados para ser egoístas y para tomar decisiones que no beneficien a nosotros antes de pensar en la demás personas entes de nosotros y no nos han educado para hacer un bien mayor a nuestra sociedad, solo queremos ser cada vez mejores, pero solos. Este tipo de pensamientos y principios son los que hacen que cada vez las sociedades sean peores y más huecas y que el mundo se vuelva cada vez más un lugar sin sentido o solamente un escenario de batalla porque competimos contra nosotros mismos por saber quién es el mejor sin pensar en el hecho de que todos somos seres humanos y por ende somos iguales, no hay mejores ni peores ni perdedores solamente personas con una vida en común, nada más que eso debería importar a la hora de tomar decisiones… Pero no hemos llegado a ese punto de la evolución y sinceramente no creemos que podamos llegar a ese punto de la evolución si seguimos así, más fácil nos matamos entre nosotros antes de evolucionar… esas son las paradojas de la vida…Pero como buenos seres humanos guardamos esperanzas de que el ser humano evolucione y cambie, nunca está de más ser positivo y soñar aunque sea un poquito.
En la vida se presentan infinidad de dilemas morales diariamente y el cómo afrontarlos depende de la forma en que pensamos y de nuestra capacidad de entender el porqué de las cosas, es decir, en la vida se presentan varios o ciclos a la hora de resolver problemas o de afrontarlos, inicialmente ningún problema se presenta de la nada, todos los problemas se forma por una mala decisión y el problema es la firma que tiene el destino que podemos volver a tomar la decisión, pero a otro precio, o por lo menos así lo vemos… Y ahí es donde toma parte importante la forma en la que tomamos las decisiones.
Pensando mucho en el tema, hemos llegado a la conclusión de que posiblemente una persona que tenga un razonamiento moral categórico tenga menos problemas en la vida que una persona que tenga un razonamiento moral consecuencial, ya que la persona del razonamiento moral categórico sigue más fácil la forma que tome el destino y de cierta forma no juega a ser “Dios” con sus decisiones, ni a creer que el hecho de que algo o alguien dependa de una decisión que debe tomar él lo haga más importante que el que depende de la decisión. Pero lo que cambia las cosas entre un razonamiento y el otro son los ideales, conciertos y definiciones que tengamos en cuenta a la hora de decidir algo, ya que no es lo mismo tomar una decisión pensando en un bien común que hacer algo pensando en un bien propio que por casualidad beneficia a alguien más.
Creemos que lo más importante a la hora de decidir es tener en cuenta a quién más afecte la decisión, y ponernos en su lugar si es necesario sin importar que el costo de esa decisión sea la vida misma, es decir: si hipotéticamente nos encontramos en un problema que implique o atente contra la vida humana y en nuestras manos hay varios tipos de decisiones y entre ellas están cambiar de lugar con el afectado, tomar la decisión de dar o quitar la vida y ser un espectador, concordamos en que lo que haríamos es cambiar de lugar con el afectado ya que no podemos tomar decisiones sobre su propia vida y peor aún sería la incertidumbre de saber que se puede hacer algo y no hacerlo, por ende la opción de ser un espectador es anulada inmediatamente, continuando con la opción de tomar la decisión por las demás personas con la que tampoco estamos de acuerdo porque nadie es lo suficientemente superior a nadie para decidir por él cuando de su vida es de lo que se trata. Cada persona es dueña de su propia vida y nadie tiene por qué decidir si otra persona vive o no. Por ende nos quedamos con la opción de sustituir a la persona que su vida está en juego ya que como nosotros decidimos por nuestra propia vida podemos decidir si vivir o no y si la situación amerita nosotros seríamos capaces de dar nuestra vida a cambio de la vida de otra persona.
Ya para concluir, nos quedamos con el razonamiento moral categórico ya que nos parece un poco más amplio y menos egoísta, aunque sabemos que también tiene consecuencias el hecho de razonar de esa forma. También sabemos que puede o no estar en concordancia con el utilitarismo, pero esto depende de la situación que se presente, pero generalmente no están en concordancia ya que el razonamiento moral consecuencia apunta a tomar decisiones partiendo de lo que a nosotros nos parezca mejor sin juicio alguno y el utilitarismo apunta tomar las decisiones más útiles para la sociedad y a veces las decisiones que tomamos partiendo del razonamiento moral consecuencial no van en concordancia con el utilitarismo porque a veces la intuición sobrepasa los niveles de utilidad.
Vemos que por lo general la gente actúa más con beneficio a ellos mismos y de hecho así lo hacíamos nosotros hasta conocer un poco más acerca del tema y antes de ponernos a pensar en los casos hipotéticos ya que estos en conjunto con el tema en general no sirvieron también como reflexión acerca de la vida cotidiana y acerca de lo que hacemos y hasta como pensamos diariamente, esto nos deja como enseñanza que para pensar en los demás también se debe pensar en uno mismo pero sin ser egoísta, es decir, yo puedo pensar en mi para tomar decisiones y razonar, pero al mismo tiempo puedo tomar decisiones que no solo me beneficien a mí partiendo de lo que a mí me parezca que es lo correcto, entonces llegamos a un punto donde creemos el razonamiento correcto serían los dos razonamientos aplicados a uno solo donde partamos de valores y principios buenos para razonar y en el que esté implícito el sentimiento o la intuición, uniéndolo con el utilitarismo donde sea un bien para toda la sociedad incluyéndonos
GIMCOP:Laura Maria Diaz Castaño
Juan Pablo Galindo Roldan
Danna Valentina Salgado Alzate
Sebastian Tabares Garcia
David Vallejo Castaño
Estudiantes:
Su ejercicio textual está bien elaborado. Recuerden llenar la rúbrica que está en el blog.
Valoración:
Ensayo: S S S S
Participación: S S (excepto quien estuvo en la visita a la prisión o no asistió en fecha de la actividad de convivencia) Básico Básico para esos últimos.
Rúbrica: