ENSAYO DE ÉTICA
BIOTEX:
Manuela Loaiza Coabas
Jessenia Molina Arroyave
Valeria Rivillas Jiménez
Mavely Andrea Romero Orrego
María Camila Villada David
Marco Antonio Restrepo
I.E COLEGIO LOYOLA PARA LA CIENCIA Y LA INNOVACIÓN
Medellín
Noviembre 2017
La filosofía nos lleva a enfrentar nuestros valores y principios en contextos en los que ellos se pueden contradecir, como podemos ver en la conferencia en el momento en el que el profesor nos hace caer en cuenta de que preferimos tomar la vida de una persona en vez de cinco cuando la situación nos obliga, pero en un segundo contexto no estaríamos dispuestos a salvar cinco vidas a cambio de una sola, solo por el hecho de implicar a una persona fuera de la situación mostrándonos que incluso en contextos en los que tenemos que tomar una decisión, que aparentemente tenemos clara, nuestros principios morales nos hacen cuestionarla.
Y son los motivos aquellos que nos impulsan a tomar las decisiones, ni siquiera tiene que ser porque estemos directamente implicados, porque el hecho de que tengamos la posibilidad de salvar a más personas es lo que se supone debería impulsarnos a tomar la vida de una persona, en ese sentido no es tan marcado las reacciones que causen dicha acción, sino los medios, no siempre el fin puede justificar esos medios.
En el trascurso de este interesante video, vemos expuestos varios casos que prueban este punto, donde, como contexto general nos proponen un tranvía que se ha quedado sin frenos y con ciertas variaciones tendremos que decidir la cantidad de personas que salvamos mediante nuestras acciones, análogamente con el caso de unos pacientes a la espera de trasplante, siendo uno el doctor y finalmente un caso de naufragio, en donde el canibalismo se hace necesario. Procederemos entonces a exponer los distintos puntos de vista, tratar de entenderlos y ampliar el argumento dada la situación.
Uno de los argumentos podría llegar a presentarse es que realmente el foco del asunto y el porqué de la toma de dichas decisiones, no reside directamente en la consecuencia directamente, es decir, si finalmente mueren 5 o solo una persona, sino que lo que realmente influye es nuestro papel en el contexto; En el primer caso, solo se nos presenta una situación en la que sí o sí debemos cobrar la vida de uno o varios, sin embargo, cuando nos ponen en el papel de un observador, que para salvar la vida de 5 personas, debería cobrar la vida de una persona igualmente ajena a la situación. Esto nos pone en un escenario en el que las responsabilidades son distintas, por lo tanto la carga moral, también, ¿para qué tomaría la decisión de lanzarlo a él si en el tren debe haber alguien que pueda frenar o hacer algo más?, ¿por qué yo cargaría con la responsabilidad de un asesinato que no tengo que cometer si, dejando que el tranvía continúe, nadie me culpará por nada?, el peso de esa responsabilidad no implícita crea también otro punto de vista en el cual no es tan importante el final de la escena en particular, sino el desarrollo de la misma y el papel del sujeto.
Otro enfoque que se le puede dar a esta situación, aunque solo sea la opinión de una minoría, es pensarlo desde un cuestionamiento de fallo humano vs fallo máquina, en el que la causa del resultado se verá afectada por el origen del contexto en sí, es decir, si decidiera seguir en el mismo carril, realmente la carga moral de la persona no sería tanta debido a que lo que fallaron fueron los frenos o cualquier otra situación mecánica lo llevaría a asesinar esas 5 personas y yo no me implicaría en la toma de una decisión, sin embargo, si decido girar sería yo el que tomo la decisión de tomar la vida de esa persona que "no estaba destinada a morir en principio"
“En general, se podría afirmar que en la Modernidad han predominado dos grandes sistemas morales, que con sus múltiples variantes y corrientes están en permanente lucha por dominar en la toma de decisiones de los más diversos ámbitos, desde las políticas públicas, las relaciones internacionales y las éticas profesionales. Estos sistemas son el consecuencialismo y la deontología, se diferencian principalmente por lo que identifican como la fuente del valor moral, la fuente de "lo valioso". La deontología, cuyo origen moderno está en Kant, hace de los deberes la esencia de la moral. Hay deberes que no se pueden dejar de cumplir, cualesquiera sean sus consecuencias, porque ellos son valiosos en sí mismos. El valor en esta ética se "honra", no se transa por nada. Y su fuente, naturalmente, no es externa a la moral. El consecuencialismo, por otro lado, cuyo origen moderno está en el empirismo inglés, especialmente en el utilitarismo de Mili, postula que el valor moral proviene de las consecuencias de las acciones, no de los deberes ni de las acciones en sí mismas. Si las consecuencias son buenas, la acción será valiosa.” (1)
Así pues este pensamiento consecuencialista, nos dice que lo que importa finalmente es el resultado, sin importar el medio, ya que sea como sea, es preferible que solo sufra una familia a que sufran 5, el alivio de estas opacaría el sentimiento de vacío de una sola en un caso general. El conferencista nos contrasta esta perspectiva al ponernos en un caso en el que tendríamos que cometer un asesinato extra en pro de la vida de esos 5 trabajadores, que visto desde, como él llama, "un pensamiento racional categórico", estaría mal, ya que sin importar cuantas personas morirán, tomar una vida por mis propias manos no es correcto.
En ese orden de ideas, sea cual sea el fin, el proceso para llegar a dichas decisiones es el realmente importante, ya que las condiciones finales serán las mismas, ninguna persona quiere morir más que otra y aún si se sabe que alguno quisiera morir, no está en nuestras manos tomar esta decisión, por lo tanto allí es donde entra a jugar un papel importante la teoría mencionada por el conferencista, el utilitarismo, el cual finalmente viene siendo una posición bastante cuestionable, la que más aplica en casos reales. Entonces vemos que bajo la luz de este pensamiento, lo correcto, finalmente sería escoger la vida de uno, por encima de esas 5 personas, sea cual sea la decisión que tengamos que tomar.
Finalmente creemos que, enfrentando estos puntos de vista, la razón de nuestro accionar se basa en un conformismo presente en nuestra sociedad, siempre hemos escuchado las constantes quejas que hay en nuestro al rededor frente a muchas situaciones, que aunque un poco distanciadas de este ejemplo, pienso que se debe a lo mismo. Por tanto, diariamente hay comentarios como: "esos políticos son muy ladrones", "¿por qué el gobierno no hace lo que tiene que hacer?", sin embargo, en el momento de las elecciones su comentario es: "¿Yo para qué voy a votar por los mismos ladrones?", en conclusión, la falta de consecuencia en el discurso de la sociedad en general, nos revela que aunque muchas veces sepamos cual es el medio por el cual cambiar esos finales trágicos, muchas veces no tomamos parte, solo por el hecho de que alguien más puede/debería hacerlo por mí. Esto me lleva a pensar que realmente en un tercer caso, en el cual una persona completamente externa a la situación del tranvía, culparía a aquel que no tomara la decisión de empujar a la persona obesa, aun cuando esa persona tampoco lo haría.
Tomando ahora el caso de canibalismo:
Alimentarse es una necesidad básica y vital de todo ser humano, sin buenos alimentos no podríamos asegurar la supervivencia de nuestra especie, algo que está aún más intrínseco en nosotros en nuestro instinto animal. Ahora, en un segundo momento, cuando la única fuente posible de alimento es de hecho otro humano, ¿qué se supone que debería pasar?, en algún momento primará la ley de la naturaleza, en la que el más fuerte o más audaz terminará imponiendo sus condiciones sobre aquel otro ser humano, primando su supervivencia ante la del otro y haciendo lo que sea necesario, sacando ese lado primitivo e instintivo por encima de cualquier intento racional.
El canibalismo siempre ha sido uno de los temas de conversación más sensibles y tabú de todos los tiempos, ya que esta actividad trae consigo muchos puntos moralmente reprochables, desde el acto de asesinar a otro ser humano, hasta alimentarse por satisfacción. Pero cuando esta situación se mezcla con un escenario de necesidad de sobrevivencia parce haber algún tipo de diferenciación moral, aparentemente este nuevo contexto provee una justificación medianamente válida para realizar un acto que cualquiera refutaría. En este punto vemos enfrentados nuevamente varios puntos de vista, donde siendo el resultado el mismo, el medio por el cual llegamos a tomar la decisión de tomar la vida de alguien, podría llegar a ser válido, o por lo menos "menos peor".
Inicialmente el público se veía completamente inconforme con la decisión que había sido tomada por los navegantes del bote, todo parecía apuntar a que pese a que estaban en una situación extrema, el hecho de que tomaran una decisión arbitraria creyendo estar en capacidad de decidir qué vida valía más, le da un aire a la discusión de algo erróneo, aunque muy probablemente si se hubiera hecho una encuesta previa, la mayoría hubiera opinado lo mismo.
Entonces, ¿en dónde se encuentra el punto crítico de esta situación?, en principio parecería estar en el hecho de que fue forzado, el joven no tenía ninguna intención de morir y alguien más decidió tomar la vida por él sin siquiera saber. Siguiendo esta idea, si le solicito a alguien permiso para asesinarlo, ¿quedaría exento de pena?, a nivel personal y en consciencia, quizá, pero ¿moralmente sería justificable?, un homicidio es un homicidio, podría opinarse, sin embargo se perdería todo el sentido de esta discusión si nos basáramos en eso, pero al contrastar estas 2 posibilidades, para la mayoría sería un poco más válida, pero no lo suficiente como para absolver todas sus culpas.
Tomando entonces un camino distinto y proponiendo una alternativa más mediática, algunos propusieron que un procedimiento que hubiese podido ser utilizado y que de hecho cambiaría por completo los papeles de todos dentro del bote, sería seguir la misma base de la anterior, con el único cambio de que habría que convencer al muchacho de ser él mismo quien tomara su vida, se vería como un acto heroico y los demás tripulantes pasarían de ser asesinos a simplemente espectadores, que notarían en el cuerpo del joven, una fuente de supervivencia, sin embargo era casi improbable que esto pasara así de fácil, como ya se había hecho notar anteriormente, cada uno desea sobrevivir tanto como los otros.
A pesar de todo, hubo una opción por la cual muchos se inclinaron y que le proporciona un ingrediente extra de suerte a la vida humana, la lotería. Esta idea ponía a todos en un mismo campo de posibilidades, haciendo que ninguna vida tuviera más valor que otra y haciendo que ninguno tomara la decisión consciente de querer matar a alguien más, todo se tornaría en un asunto del destino o del azar. Igualmente queda un vacío, ¿quién sería el que se encargaría de asesinar a esa persona?, ¿sería ella misma?, ¿habría una segunda lotería para definirlo?, son preguntas tan difíciles de responder como cualquiera de las anteriores, pero sea cual sea la elección de los dados, ¿realmente la vida humana merece ser destinada al azar?
Para terminar este ensayo vemos que podemos relacionar estos casos particulares con casos de la vida cotidiana, quizás no con el mismo nivel de gravedad, pero que en su esencia afectan el proyecto de vida.
Usualmente nuestros planes a futuro suelen estar centrados en el proyecto profesional y laboral desde una perspectiva completamente individualista, en la que las únicas personas en las cuales pensamos, son nuestras más allegadas, pero pocos de nosotros nos proyectamos hacia un futuro como seres políticos que viven en sociedad, no nos vemos, comúnmente, como parte activa de un conjunto social, ni proyectamos nuestras decisiones como tal, esto se ve claramente reflejado en situaciones como las elecciones a cargos públicos, en los que solo sobresalen aquellos quienes en los meses previos estuvieron activamente realizando campaña, acercándose a la comunidad y usualmente, dando regalos; Finalmente esto se ve reflejado en las urnas mostrándonos solo aquellos rostros que ya conocíamos. Esto resulta preocupante o por lo menos no ideal, ya que, a fin de cuentas, debido a nuestro sistema, esas personas serán las que definan nuestro futuro próximo, los proyectos de ciudad, la modificación del espacio donde vivimos y la apuesta que hacemos con nuestro voto no se está haciendo al que mejores ideas tenga, quién mejor esté preparado o quién se lo merezca más, si no simplemente, a quién más invirtió en publicidad.
Allí es cuando la filosofía nos ayuda a tomar consciencia de nuestro entorno y a identificarnos como sujetos en sociedad, apartándonos de aquellos ideales individualistas y desarrollando esa responsabilidad social como ciudadanos miembros de un estado. Esto solo es posible mediante el cuestionamiento del accionar diario, en donde cada nuevo contexto, nos ofrece una nueva oportunidad de reflexión e introspección profunda, generando un nuevo panorama en el que prima el criterio público y las necesidades de un conjunto sobre aquellas que solo benefician a unos cuantos, animando a la participación en asuntos públicos y entendiendo que estas generarán ciertas responsabilidades en nuestra vida, tomando el término responsabilidad no como la asistencia a dichos espacios de participación, sino de la toma de consciencia y el accionar consecuente y responsable, incluso fuera de esos espacios.
En este ensayo entonces notamos como la filosofía nos convierte en personas responsables y consciente de nuestro ambiente, convirtiéndose en un arma potente contra el desinterés y el conformismo, causantes de la mayoría de nuestros problemas actuales. Sin embargo, lo más resaltable de este proceso es, como se menciona en el video, lo innevasible de este tipo de preguntas. Nuestras vidas, por una u otra vía, llegarán a este punto en el que nuestra moral se verá contradicha y solo mediante la filosofía podremos hallar una respuesta coherente, no solo en situaciones puntuales, sino para aplicarlas en distintos contextos.
REFERENCIAS
(1) CARRASCO, A. La justicia Utilitarista y las paradojas del liberalismo de Mill.
Profesor Dr. CARBONELL, Miguel. Justicia - Harvard - Qué es hacer lo correcto? Episodio No. 1 - El Lado moral del homicidio. [revisado 20 noviembre 2017].
Disponible en internet: https://www.youtube.com/watch?v=GeHcXYQcXXo&t=106s
AGUIAR, Fernando. Teorías modernas de la justicia [revisado 20 noviembre 2017].
Disponible en internet: http://javeriana.edu.co/personales/jramirez/PDF/Aguiar-teorias_modernas_de_justicia.pdf