Alejandra García Isaza.
Siempre se ha entendido la moral como el conjunto de normas, costumbres, tradiciones, que definen u orientan el comportamiento de las personas que se desarrollan en alguna comunidad, asociándolo con lo bueno o lo malo, con lo que comprende el bien obrar, lo justo, lo válido y lo que siempre debe seguirse. A pesar de que es un concepto que bien es tratado en diferentes ámbitos, y que los hombres ya tienen bastante arraigado, el mismo presenta sus variaciones, debido a que bastantes esfuerzos se han llevado a cabo por encerrar en una sola definición, en un solo concepto, algo de tal magnitud, se ha hecho desde la política, la filosofía, la sociología, la psicología y muchas otras disciplinas, y cada una de las propuestas hechas por estas áreas de estudios tienen sus diferencias, en algunas bastante notorias, y que dan poco espacio para una definición universal, y en añadido a esto mismo, surge otro asunto y es el de la libertad, que en conjunto con todos los intentos que se han hecho por consolidar un entendimiento global de lo que es la moral, llevan a que no se tenga algo conciso respecto a ella, como si fuese prácticamente inexistente. No puede llevarse correctamente a la práctica algo que ni siquiera puede ser entendido de la misma manera por todos.
Si hay una marcada tendencia a asociar la moral o lo ético con lo bueno y lo malo, puede saberse de entrada que se trata entonces de un asunto muy subjetivo, y que necesita de años y años de práctica, de vivir bajo las mismas condiciones, bien sea socio económicas, educativas, etc., para dar con una concepción de esto que pueda satisfacer a todos; y parece que la población mundial no está en la facultad de lograr tal cosa, tan compleja y a la vez, utópica. La incapacidad que se presenta por parte del hombre de adaptarse o plantear una idea universal de la moral, puede, incluso traducirse en la cantidad de crímenes, la injusticia que se contempla a diario en cada lugar del mundo, etc.
Muchas escuelas filosóficas han procurado darlo un significado a la moral, desde la utilitarista, hasta la hedonista, y de escuela en escuela, este significado puede presentar muchas variaciones, lo que hace que entonces el asunto sea recurrente, ¿están los comportamientos humanos verdaderamente determinados por una serie de normas que se entienden como moral? Porque es que entre más se analiza el asunto, más vacío se le encuentra al mismo y más concepciones surgen. Por ejemplo, el profesor de la Universidad de Harvard, Michael Sandel, que orienta el área de filosofía política y que trata mucho el tema de la justicia desde la esfera de estudio que representa la filosofía; en una de sus clases comenta ciertos asuntos relacionados con el tema planteado al inicio de este texto, la moral, sin definirlo necesariamente como esa concepción universal que se le suele inculcar a los jóvenes en sus clases de ética, sino que finalmente parece darle una utilidad permitiendo un entendimiento más global de esta, dividiéndola en moral categórica, y moral consecuencial, reforzando a su vez, que los seres humanos en sus ciclos de vida, no son realmente capaces de adoptar una idea universal, y siempre están buscando adaptar las cosas a su conveniencia.
Si puede hablarse de moral y dividir la misma en dos categorías, en donde ambas distan tanto, ya que, una habla de que algo es bueno o malo y esto no puede cambiarse, y la otra propone que algo es bueno o malo dependiendo de las circunstancias en que se presente, es porque ese concepto de moral que se trata no está tan claro, ya que no hay manera de que algo que define el comportamiento de una persona, y le permite actuar de cierta manera con su entorno, o con su semejante, pueda razonarse desde estos dos puntos, muestra carencia de principios, da paso a la justificación de actos que deberían estar bien.
Aunque, quizá no se pueda o se deba juzgar a un hombre por ciertos actos que cualquiera podría decir que no son moralmente correctos si aparentemente no se puede entender lo qué es la moral, si se dificulta tanto para todos aceptar una misma idea de moralidad, y siempre exista refugio en alguna teoría planteada por alguien que sentía que el bien obrar se basaba en aquello que propuso, esperando que alguien pudiera compartir su pensamiento.
Pasa entonces, que si se plantea la anterior situación, entonces surja una nueva, ¿cómo es posible entonces que hayan tan buenos actos en el mundo, o que la injusticia se mantenga en apenas en unos márgenes? Eventualmente, la justicia se involucra con la moral, el señor Sandel bien lo hace saber en sus clases, sus escritos, sus conferencias y demás. Y, quizá, la respuesta más directa a esta es que a pesar de que no se tiene una idea de moral clara, el hombre si ha logrado una adaptación a la vida social, comprende lo que es convivir con el prójimo, y sabe de antemano que comportamientos, acciones podrían molestar al mismo y estropear la armonía o el estado de orden que pueda tenerse en ese momento, queda bajo la libertad de la persona el obrar bien, y al tiempo, queda a la vista de los demás determinar si el acto ejecutado, el comportamiento presentado fue suficientemente adecuado, es el correcto, es bien visto desde la moralidad, y puede que este sea entonces de esos dilemas morales que se le presentan a cualquiera en la vida cotidiana, y que se ve obligado a filtrar desde este razonamiento recientemente planteado, el que involucra el satisfacerse a sí mismo y el satisfacer igualmente a los demás.
Desde situaciones hipotéticas, hasta decisiones complejas dentro de un profesión, se necesita de la voluntad del bien obrar de las personas acorde a lo que ya se logró establecer, no sugiriendo que esto es lo que puede entenderse como la verdadera moralidad, sino más bien, como la moral que puede resultarle al hombre más fácil de aplicar. Profesiones como la medicina, el derecho, la ingeniería pueden resultar ser los ejemplos más prácticos para ilustrarlo, sin embargo, es bien sabido que estas disciplinas igualmente tienen su propio “código moral”, su propio conjunto de normas que deben seguirse, para asegurar el buen desarrollo de cualquier tipo de prácticas que puedan llegar a llevarse a cabo, y sin embargo, es en este punto en que puede hacerse una nueva concepción de la moral.
La moral puede igualmente entenderse como un contrato social, que corresponde entonces a ese pacto que es aceptado por los miembros que componen una comunidad, que se ven beneficiados por lo que se estipula, lo que los lleva a eventualmente estar de acuerdo con el mismo. Pues bien, la moral es de la misma manera un pacto en el que se reúnen un conjunto de normas, que los miembros de la comunidad, los ciudadanos, los empleados, el hombre debe aceptar, estar de acuerdo para mantener el orden, para asegurar que se den los debidos procesos y todos gocen de beneficios, incluso si esto implica la cesión de algunos de los mismos, se hace por el bien común y por promover cierto orden de igualdad. Ciertamente, cuando la persona llega a la vida, no se le pregunta si está de acuerdo o no con obrar de cierta forma que le permita satisfacerse a sí mismo y a los demás en igual medida, y que pueda pensarse como una manera de buen obrar, ni mucho menos, cuando alguien se vincula en una empresa se le dice si está de acuerdo con los protocolos, la ética que se sigue en aquel lugar. Son cosas que ya están definidas, y depende de cada quien practicarlas, porque incluso dentro de un contrato social hay paso para la libertad, ya que esta es una condición intrínseca del hombre, y ninguna sociedad debe prohibir la libertad de la persona, ya que es como arrebatar su esencia misma, y en eso que le permite a la persona desenvolverse como persona, es que finalmente se da paso a la moral. Un médico puede tener un código de ética, bioética, pero puede no seguirlo al pie de la letra, un abogado tiene el deber en ocasiones de defender a quien no desea porque ese es su oficio, y puede ir en contra de sus principios, pero igual verse obligado a ejercer, y una persona puede asesinar a alguien y aquello podría considerarse ético o moralmente correcto.
Las personas no tienen la máxima idea de que es la moral, la ética, lo correcto, lo justo, porque son asuntos demasiado abstractos, y que requieren, o bien de estudios profundos, o de un común acuerdo que puede ser imposible de conseguir- sobre todo si se piensa en nuestras actuales condiciones-, y puede que no quede más remedio que continuar en la búsqueda por hallar esas ideas universales, esperando, eventualmente no hacer más daño del que ya se ha hecho en el proceso de alcanzarlo.
Estudiante:
Su reflexión es muy interesante y lleno de un conjunto de ideas que merecen continuar siendo exploradas. Recuerde llenar la rúbrica que está en el blog.
Valoración:
Ensayo: S S S S
Participación: S S
Rúbrica: