Tema: Reconocimiento del otro y llamadas de atención a estudiantes.
Desarrollo de la clase: La clase empezó con un cálido saludo del profe y también con un llamado de atención a los estudiantes que no están dando el desempeño esperado por el tiempo que va el periodo, dijo que esos estudiantes podían cambiar el reportaje con una participación esta clase, sin más avisos parroquiales, empezamos la clase con la lectura de los protocolos de Gabriel Álvarez y Jeronimo Angel los cuales dieron un buen rango de nivel muy alto, en la clase hicimos un debate muy largo sobre el tema de la clase sobre los prejuicios y relacionarlo con algún texto del descubrimiento de Harry, Lisa o la pregunta del periodo y con esta participación se podía mejorar a los estudiantes reportados. llegamos a la conclusión de que para nosotros para generar un prejuicio debemos tener experiencias vividas para poder saber en el rango de la sociedad porque estamos generando ese prejuicio en esa persona, por ejemplo si un niño pequeño ve a una persona vestida de rockero, el niño no va a pensar automáticamente que eso es porque no tiene la experiencia para saber como se visten ellos, en cambio una persona con mayores experiencias más que todo observando sabe reconocer ese tipo de personas, todos en esta clase dijimos que aun así estemos constantemente hablando de esto y lo malo que son las apariencias vamos a salir y vamos a seguir con el mismo hábito de generar un prejuicio, también se discutió un poco sobre como criticamos a las personas sin saber su pasado o a veces las juzgamos o rechazamos sin saber su futuro, finalmente el profe mencionó los estudiantes que terminaron reportados.
Aporte: En esta clase un comentario que me llamó la atención fue de Miguel Ángel Muñoz donde él decía que al discutir tanto sobre los prejuicios y al salir de la clase seguiamos con este mal hábito de ponerle una etiqueta a una persona así que el aporte de este protocolo será una investigación breve sobre el comportamiento neurocientífico cuando le ponemos un estereotipo a alguien.
un prejuicio se forma cuando vemos a alguien y tenemos un estereotipo previo para generar esa opinión sobre esa persona, por ejemplo vemos a un inmigrante y automáticamente pensamos que nos va a robar, este comportamiento humano dio varias dudas en el mundo neurocientífico por lo que científicos como psicólogos como Susan Fiske han investigado un poco sobre esto, la psicóloga dice :
“Nos basta apenas una fracción de segundo para decidir si confiamos o no en una persona. Cuando conocemos a alguien, nos fijamos, sobre todo, en su boca, en sí nos parece que está ligeramente sonriente o denota enfado. Así inferimos si una persona es dominante o afable. También influyen los rasgos de madurez de sus facciones. Cuanto más masculinas, más seguras nos parecen” El equipo de Fiske intentó darse cuenta que es lo primero que vemos al mirar una persona, “Hemos descubierto que la primera clasificación que hacemos tiene que ver con la etnia, la edad y el sexo. La clase social nos resulta algo más complicada, aunque también la acabamos pescando rápidamente. La estructura social determina el estereotipo; el estereotipo determina la emoción, y la emoción determina el comportamiento”, señala Fiske.
Normalmente nosotros pensamos que los estereotipos los generamos nosotros y es algo que puede cambiar en nuestro comportamiento, pero en realidad los estereotipos fueron creados en tiempos pasados para determinar si podíamos generar confianza en esa persona pero al haber cambios en el entorno y el cerebro al estar diseñado para adaptarse ya no se hace para tener confianza en esa persona si no para ponerle una etiqueta. Los estereotipos son esquemas que genera el cerebro, igual que la organización de información y de actuar de forma más rápida, según los psicólogos cognitivos cuando vemos a alguien nos concentramos en su cultura, procedencia, edad, clase social, si es hombre y mujer y nos concentramos en esto ya que nuestro entorno gira alrededor de estos esquemas por lo cual nuestro cerebro se encarga automáticamente de generar una categoría a esa persona, según Cordelia fine las neuronas es como si estuvieran en una cama y estuvieran durmiendo cuando alguien les dice la palabra “perro”varias se despiertan y lo relacionan con pelo, que ladra y que tiene 4 patas, de manera que dar un esquema sociable como mujer, judío o pobre es como si todas las neuronas se levantarán y toda la información saliera y se relaciona, por ejemplo si dicen “ese chico es gay”, toda la información homosexual despierta por medio de las neuronas (eso mismo pasa con los chismes, a veces pensamos que son ciertos solo por la información despertada en el cerebro, cuando en realidad son mentira)La amigdala es una pequeña estructura donde se controla las emociones y sentimientos Según la Vanguardia:
“ La amígdala cumple con muchas funciones, desde las visuales más básicas hasta la capacidad para mantenernos alerta; de hecho, el binomio miedo-agresión está asentado aquí. Esta región también está relacionada con la percepción que tenemos de alguien: cuanto más sentimos que podemos depositar nuestra confianza en una persona, menos se activa esta zona, y cuanto más desconfiamos, más activa está. Y es en esta pequeña región, con forma de almendra, donde se gestan estereotipos y prejuicios.
Estos comportamientos son tan intolerantes y tan naturales que la neurocientífica Fine dice: “Un cerebro intolerante es un cerebro eficiente,. Puede moverse rápidamente de un sitio a otro”
Y para culminar esta consulta, según la información:
El cerebro humano está predispuesto a aprender los estereotipos negativos, según un estudio que ofrece pistas sobre cómo surge el prejuicio y se propaga a través de la sociedad. Esta investigación asegura que el cerebro responde con más actividad a la información sobre los grupos que son retratados de manera desfavorable, añadiendo peso a la opinión de que el concepto negativo de las minorías étnicas o religiosas en los medios de comunicación pueden alimentar los prejuicios raciales.
Hay cosas que nosotros no podemos manejar, el cerebro es una máquina perfecta que aun así nuestro subconsciente quiera intervenir, crear prejuicios y estereotipos es normal y natural y aun asi queramos no podemos cambiar este manejo social y neurocientífico, es una condena perpetua.